

El pasado 17 de junio tuvo lugar el webinario «Finanzas Verdes. Análisis de las dinámicas del mercado a través de la lente de los expertos», organizado por Green Building Factory (GBF), en el que un panel de expertos ofreció su punto de vista sobre qué significan las finanzas verdes en sus respectivos sectores (inversión, inmobiliario y consultoría ambiental que trabaja con firmas de la industria financiera, energía, agroalimentación, agua, etc.), qué desafíos enfrenta el sector de las finanzas sostenibles y cuáles son las oportunidades que lleva asociadas, diversas herramientas disponibles para el impuso de la financiación sostenible y qué acciones y pasos deberían llevarse a cabo para promover y aplicar los principios de las finanzas sostenibles.
Nuestro director ejecutivo en Ecoacsa, David Álvarez, contribuyó al debate junto a Rafael Torres, cofundador y director general de Luxe Capital Americas, Kateryna Federova, ESG Policy expert y abogada en CBA y Alessandro Orsi, director de GBF, que actuó de moderador.
Los especialistas ofrecieron su punto de vista sobre qué significan las finanzas verdes en sus respectivos sectores (inversión, inmobiliario y consultoría ambiental que trabaja con firmas de la industria financiera, energía, agroalimentación, agua, etc.), qué desafíos enfrenta el sector de las finanzas sostenibles y cuáles son las oportunidades que lleva asociadas, diversas herramientas disponibles para el impuso de la financiación sostenible y qué acciones y pasos deberían llevarse a cabo para promover y aplicar los principios de las finanzas sostenibles.
Rafael Torres, cofundador y director general de Luxe Capital Americas:
«Para el negocio de la hostelería y desde el punto de vista de la inversión, hace unos años el enfoque de las finanzas verdes se puso en temas de sostenibilidad, pero no desde la perspectiva de la base inicial de la inversión. Ahora, en América y en pocos países europeos la atención se centra en cómo llevar a cabo el proceso correcto para hacer realizar una inversión acertada y ser más ecológico y rentable en términos no solo de pérdidas y ganancias, sino también de incentivos fiscales, bonos de densidad, permisos y préstamos (a menudo, la entrega de una autorización/préstamo depende de la existencia de una política verde [si no lo hace, algunos bancos son muy rigurosos y exigen cumplir con una política verde antes de que pueda acceder a la financiación], asistencia técnica, campañas públicas, etc. (…) Las finanzas verdes se han convertido en la prioridad número uno para el sector de la inversión».
«Las finanzas verdes ofrecen una nueva visión, una nueva forma de vida que hace necesario contar con un asesor adecuado con la experiencia necesaria para estar al día sobre las nuevas reglas en beneficio del desarrollo del proyecto de inversión verde».
«Las oportunidades que brindan las finanzas verdes son enormes. Por ejemplo, algunos operadores turísticos y agentes de viajes no reservan hoteles que no tengan un plan de inversión sostenible o ecológico. Nueve de cada diez viajeros que eligen a Tui como operador reservan una habitación sostenible (…). Todas las ofertas futuras deben proporcionar la visión adecuada sobre la sostenibilidad y la inversión verdes. La mayoría de los países estarán de acuerdo en materia de finanzas verdes en los próximos años».
Kateryna Federova, experta en políticas de ESG y abogada de CBA:
«El sector inmobiliario ha estado enormemente influenciado por las finanzas verdes, que es una actividad financiera estructurada creada para ofrecer asegurar una mala situación ambiental. El medio ambiente es crucial para el sector inmobiliario. Las finanzas verdes comprenden un gran número de productos y proyectos de inversión que fomentan el desarrollo de una economía sostenible y han tenido un gran impacto en el sector inmobiliario, por ejemplo, a través de inversiones en energías renovables y transformación inmobiliaria. Las gestoras inmobiliarias tienen un enfoque integrado que influye en todas las etapas y pasos que deben cubrir la política de inversión. Desde la creación de nuevos productos hasta la evaluación, la diligencia debida, la recalificación y el mantenimiento hasta la fase de inversión han cambiado o influido de alguna manera. Realmente podemos decir que las finanzas verdes han cambiado mucho el sector inmobiliario».
«Uno de los desafíos más importantes relacionados con el sector inmobiliario es repensar la estrategia de inversión y el proceso de construcción, porque hay que respetar muchos requisitos (hábitat local, aspectos ambientales del lugar en el que te interesa construir). En el caso de las pymes, un gran desafío al que se enfrentan es invertir en sostenibilidad para incrementar la competitividad de sus servicios. En esta etapa, para invertir en sostenibilidad hay que creer en ella, porque su impulso depende de un fuerte punto de vista ético y no será una inversión muy rápida, sino una inversión a medio-largo plazo. Por supuesto, la sostenibilidad ayuda a la situación reputacional de la empresa. También es importante difundir el mensaje entre los actores de la cadena de suministro de que las finanzas verdes están realmente en auge y que se respetan, cumplen y se cree en ellas porque son el futuro».
«Los desafíos y oportunidades de las finanzas verdes están interconectados. Dentro de los requisitos ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) hay dos aspectos (diversidad e inclusión) que son desafíos para las empresas, pero también oportunidades. Y debido a que los impulsores del cambio hacia un nuevo modelo de hacer negocios provienen de los inversores, cumplir con los intereses y prioridades de los inversores puede ser una gran oportunidad para los gestores de propiedades».
«Para implementar las finanzas verdes en el sector inmobiliario, una herramienta crucial es tener una clara estrategia de ASG que facilite el proceso de debida diligencia del activo y la consideración de los muchos aspectos ambientales, sociales y de gobernanza (consumo de energía, materiales y energía utilizados, inquilinos controvertidos –si aplica–, desarrollo comunitario, desvío de inclusión, política de protección de datos, etc.) (…) Hay empresas de beneficio a largo plazo comprometidas con crear beneficios públicos sostenibles, además de generar ganancias para la empresa y B-Corps que obtienen un certificado sobre el alcance del trabajo que intentan cumplir. Son muestras de lo mucho que están cambiando las finanzas verdes al sector inmobiliario».
David Álvarez, director ejecutivo de Ecoacsa: «A medida que ayudamos a las empresas a definir sus estrategias y comenzar a trabajar con las finanzas verdes, desde un punto de vista técnico las finanzas verdes son una forma de redirigir los flujos de inversión hacia nuevos objetivos vinculados a la economía neutra en términos de emisiones de carbono y alineada con el Pacto Verde Europeo, pero también con el objetivo de proteger la biodiversidad (…). Las finanzas verdes son una forma de reorientar los flujos de inversión hacia una economía positiva con el medio ambiente».
«Los desafíos varían dependiendo de si se trata de una empresa, un banco, un fondo de capital o un administrador de fondos. Las finanzas verdes son una nueva forma de ver las finanzas. Durante los últimos años se ha producido una gran transformación del sector financiero que está cambiando muchos aspectos prácticos tradicionalmente utilizados y está impulsando hacia un nuevo modelo. Los bancos, empresas aseguradoras o gestoras de fondos van a necesitar nuevas habilidades para hacer frente a este nuevo modelo por los nuevos requisitos en términos de cumplimiento, experiencia y conocimiento para identificar, medir y valorar riesgos y oportunidades relacionados con el medio ambiente y cómo informar y divulgar información asociada a estos riesgos y oportunidades. La regulación de las finanzas verdes cambiará el comportamiento de las diferentes partes interesadas de la industria financiera».
«Los riesgos y las oportunidades son dos caras de la misma moneda. La sostenibilidad es imprescindible y no está plenamente implementada a nivel de comportamiento en las empresas, en particular en las pymes. Pero esta situación cambiará en los próximos años. En los últimos 5-10 años ha habido un número creciente de fondos e inversores interesados en bonos verdes y préstamos sostenibles. La tasa de estos productos ha crecido entre un 15 % y un 20 % anual con una elevada tasa de retorno. Las finanzas verdes también brindan nuevas oportunidades para acceder a diferentes fuentes de financiación a un precio más económico y abre nuevos canales de acceso a financiación».
«Hay numerosas herramientas disponibles en función del objetivo de finanzas verdes que se aspira a alcanzar. Para los inversores, un aspecto clave es saber si la actividad o proyecto en el que están invirtiendo es sostenible, y para las corporaciones es importante saber si sus operaciones son sostenibles o no. Para evaluar estos aspectos, la mejor herramienta en el mercado es el Reglamento de Taxonomía de la UE, que fue publicado y adoptado el año pasado y se enfocaba en primer lugar en identificar qué actividades contribuyen a los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático. Durante los próximos años, la Taxonomía también se centrará en otros aspectos ambientales como el agua, la contaminación y la biodiversidad. También es muy importante que los inversores consideren los riesgos asociados a sus inversiones. En este sentido, hace unos años se puso en marcha el Task Force for Climate-related Financial Disclosures (TCFD) para ayudar a las empresas a evaluar cómo impacta el cambio climático en sus cuentas de pérdidas y ganancias ambientales en términos económicos (…), y la semana pasada tuvo lugar el lanzamiento del nuevo Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Naturaleza (TNFD), que los próximos dos años trabajará en el desarrollo de un marco para apoyar a las empresas y las finanzas para divulgar información no solo relacionada con el cambio climático, sino sobre suelo, agua, biodiversidad y contaminación, entre otros aspectos ambientales».
Alessandro Orsi, director de Green Building Factory: «Las finanzas verdes representan otra forma de enfocarnos en nuestros sectores. Llevamos más de 10 años aplicando la sostenibilidad a la construcción y el sector inmobiliario y vemos que las finanzas verdes implementan cálculos similares a los que hemos estado haciendo para la edificación sostenible, pero a nivel corporativo».
«En el contexto del Acuerdo de París, el Pacto Verde, la taxonomía de la UE y otros compromisos, la conclusión es que la sostenibilidad ya no es una opción. Tras mucho tiempo trabajando en sostenibilidad, hemos visto que al principio se trataba de un tema de publicidad, un problema de mejora de la imagen, algo que representa un apoyo pero que no es obligatorio. Pero ahora el mercado y los segmentos de mercado que desarrollamos en la sociedad a lo largo de las últimas décadas no estaban considerando la sostenibilidad en absoluto. Había algunos interesados en la sostenibilidad, pero al principio era un deseo, un movimiento ético más que algo obligatorio. Ahora bien, esto ha cambiado porque la sostenibilidad ya no es una opción. El verdadero desafío es cambiar la forma de hacer negocios sobre la marcha, porque los sistemas bancario y financiero tienen muy asentado la necesidad de un reinicio desde cero. Los desafíos clave son poder cambiar la forma de hacer inversiones sobre la marcha sin perder el potencial de sostenibilidad ni los clientes».
«Las finanzas verdes tal vez sean ‘EL’ impulsor. Hasta ahora no ha habido una palanca lo suficientemente fuerte como para promover el cambio en el resto de los sectores; pero cuando el sector financiero, que es el que financia a los demás, se involucra en esta nueva visión, se trata de una buena oportunidad para convertirse realmente en verdes, para ser sostenibles de una vez por todas y para valorar las cosas teniendo en cuenta su valor y no su precio».
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